Un tribunal de Lomas suspendió un juicio por abuso y denuncian “revictimización”

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La suspensión del juicio por jurados contra un hombre acusado de abusar a su hija menor de edad desde sus 4 años, desató una ola de indignación y movilización en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, donde la semana que viene estaba previsto que comenzara proceso oral contra el imputado por el delito de abuso sexual infantil.

La decisión fue comunicada por el Tribunal Oral Criminal N°8 en las últimas horas, a solo días de la fecha prevista para el inicio del proceso que iba a desarrollarse el 27, 28 y 29 de octubre de 2025.

La notificación cayó como un balde de agua fría sobre quienes aguardaban el inicio del juicio. En este sentido, para la familia de la víctima, conocida por el apodo Osita, el hecho supone una revictimización judicial y una dilación injustificada tras más de siete años de espera.

En un escrito de oposición presentado ante el tribunal, la mamá de la menor denunció que la suspensión “echa por tierra los esfuerzos” de un proceso que sometió a la niña y a su entorno a una espera extenuante.

Según la familia, la menor tenía apenas 4 años cuando comenzaron los hechos denunciados y hoy, con 13 años, sigue sin obtener justicia. En este contexto, la madre advirtió que la decisión “no hace más que generar demoras irracionales en la administración de justicia”, obligando a la familia a esperar hasta 2026 para el debate oral.

El tribunal, por su parte, justificó la suspensión en la necesidad de analizar unos audios presentados en la última audiencia, argumentando que requieren ser sometidos a contradicción.

Sin embargo, la abogada de la particular damnificada, en representación de la familia, sostiene que esta justificación es inadmisible. En su presentación, afirmó que los audios “son totalmente ilegales e inadmisibles como medida probatoria” por violar los derechos a la intimidad y dignidad de la víctima.

A su vez, la querella remarcó que la defensa ya dispuso de tiempo suficiente para la producción de prueba y que la postergación solo prolonga la impunidad.

La causa, según la familia y un grupo de apoyo creado para la víctima, cuenta con pruebas consideradas irrefutables que confirman el abuso sexual infantil. Entre ellas, destaca la realización de la Cámara Gesell —una entrevista especializada para víctimas menores de edad—, cuyos resultados, aseguran, respaldan plenamente las acusaciones.

La madre de “Osita” subrayó que “toda decisión en contrario no hace más que generar demoras irracionales en la administración de justicia”.

La suspensión del juicio implica que el acusado, que es el padre de la menor, continúe en libertad. Ante este escenario, la familia advirtió sobre el “claro riesgo de fuga” y el peligro de “entorpecimiento de la investigación”, ya que el imputado conoce a los testigos y “podría por algún medio pretender amedrentarlos”.

Por este motivo, la abogada de la querella solicitó que, si no se restablecen las fechas originales del juicio, “se ordene la detención inmediata del detenido”.

El Grupo de Apoyo “Todxs Por Osita” y la familia de la menor convocaron a una movilización urgente frente a los tribunales de Lomas de Zamora (Larroque 2290) el jueves a las 8:00 AM.

El objetivo es exigir la restitución de las fechas del juicio y la aplicación de una perspectiva de género y del interés superior de la niñez en la administración de justicia.

En su llamado, instaron a la comunidad, organizaciones y medios de comunicación a visibilizar lo que consideran un atropello judicial y a sumarse a la protesta para “evitar la impunidad”.

El caso

La madre de Osita se enteró de los abusos sufridos por su hija en el jardín de infantes luego de que una docente le advirtiera que la niña se orinaba con frecuencia. Como primer paso, consultó a una pediatra que le sugirió acudir a una psicóloga. Un año después, la niña finalmente pudo relatar que era abusada por su propio padre.

La mamá recuerda que, al inicio de la terapia, pensó que su hija atravesaba alguna situación de violencia similar a la que ella había presenciado con su expareja, de quien se había separado hacía unos años sin conflictos. No sospechaba de un abuso sexual.

La noticia de la terapia alteró al padre de Osita, quien se mostró reacio a que la niña asistiera a las sesiones. Desde el primer encuentro con la psicóloga, la nena empezó a relatar hechos de violencia que no había contado antes en su hogar.

La profesional luego convocó a ambos padres. Y la historia de la nena, dio inicio a un largo camino judicial de 7 años encabezado por su mamá que iba a llegar finalmente a juicio la próxima semana. Ahora, sin embargo, quedó en stand by.

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